¿Qué alimentos envejecen?

1. Alimentos procesados

Los alimentos procesados son aquellos que han sido alterados de su estado natural durante su preparación. Esto incluye desde frutas y verduras frescas que han sido troceadas o envasadas, platos precocinados, productos enlatados, aperitivos congelados y carnes preparadas.

Los alimentos muy procesados suelen llevar aditivos, conservantes y aromas artificiales para que sepan mejor y duren más. Por desgracia, tienen muchas calorías, lo que puede provocar aumento de peso, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2; además, contienen grasas saturadas, azúcares añadidos y carecen de fibra.

2. Carnes grasas

Aunque algunos se opongan a comer carnes rojas y procesadas, estudios recientes demuestran que en realidad pueden ser componentes beneficiosos de una dieta equilibrada. Comer cantidades moderadas de estas carnes te ayuda a mantenerte dentro de los límites diarios recomendados de grasas saturadas, a la vez que disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas como cardiopatías o cáncer.

3. Alcohol

Consumir grandes cantidades de alcohol puede tener graves repercusiones para la salud. El cáncer, los problemas hepáticos y cardíacos son complicaciones habituales, al igual que las lesiones por accidentes o caídas.

Algunas personas descubren que beber puede provocar trastornos mentales o del comportamiento, como depresión y adicción. También se sabe que provoca enfermedades no transmisibles como la cirrosis hepática y ciertos tipos de cáncer.

El consumo abusivo de alcohol es uno de los principales causantes de una serie de enfermedades, lesiones y problemas de salud en todo el mundo, y provoca 3,3 millones de muertes al año. No sólo conlleva un elevado coste social y económico, sino que los efectos del consumo excesivo de alcohol también tienen repercusiones sociales y económicas de gran alcance.

4. Azúcar

Azúcar es el nombre que reciben muchos hidratos de carbono dulces y solubles que forman parte de las células vivas y proporcionan energía a muchos organismos.

Cantidades moderadas de azúcar refinado pueden ser beneficiosas como parte de una dieta equilibrada, pero un consumo excesivo puede provocar un aumento de peso y otros problemas de salud graves. Los expertos sugieren limitar la ingesta total de energía a no más del 10% de azúcar para un bienestar óptimo.